
Si te ha resultado útil, ¡no dudes en compartirlo!
Del amor al acuerdo: construir una relación sana con tu expareja por el bienestar de vuestros hijos
No sois pareja.
Ya no hay besos, ni planes de futuro en común.
Hay silencios, quizás heridas, a veces reproches… y también una historia compartida.
Pero sobre todo, hay algo (alguien) que sigue uniendo vuestros caminos: vuestro hijo, vuestra hija.
Y ahí empieza un nuevo tipo de relación.
No es romántica. No es de amistad. No es de enemigos.
Es una relación parental. Y, aunque nadie te enseña cómo se hace, es posible construirla desde el respeto, la claridad y el cuidado.
Este artículo no te dirá que tiene que ser fácil. Pero sí que vale la pena intentarlo.
Por ti. Por él o ella. Pero, sobre todo, por la criatura que tenéis en común.
¿Por qué es tan difícil a veces?
Porque hay emociones. Muchas.
Quizás decepción, tristeza, rabia, culpa, nostalgia, miedo.
Porque una separación nunca es neutra, y el rol de padre o madre no se acaba, aunque el amor se haya apagado.
Y a veces:
Y en medio, un niño o una niña que no pidió este conflicto.
Las bases para una buena relación parental después de la separación
1. Separar los roles: ya no sois pareja, pero seguís siendo equipo parental
No necesitas admirar a tu ex, ni confiarle tus emociones.
Pero sí necesitas coordinarte en lo esencial: rutinas, decisiones, valores.
Pregúntate: ¿esto que voy a decir lo hago como expareja o como madre/padre del mismo niño?
2. Acordar normas claras y mínimas, aunque penséis distinto
No hace falta que criéis exactamente igual. Pero sí que acordéis lo básico:
La coherencia no es uniformidad: es respeto por el marco común.
3. Cuidar el canal de comunicación (aunque a veces cueste)
La clave no es cuánto habláis, sino cómo habláis.
Recuerda: el público invisible de esa conversación es vuestro hijo.
4. No usar al hijo como mensajero, espía o árbitro
Evita frases como: “Dile a tu padre que…” o “¿Qué te dijo mamá de esto?”
Tu hijo no es puente, ni rehén, ni traductor emocional.
Es solo un niño que necesita sentirse libre para amar a los dos.
¿Y si la relación con mi ex es difícil o dolorosa?
Haz lo que puedas desde tu lado. No se necesita la cooperación perfecta de dos para que uno pueda actuar desde la calma, la adultez y el cuidado.
Y si hay conflicto continuo, puede ser muy útil acudir a un mediador o psicólogo familiar.
Recuerda: no es debilidad pedir ayuda. Es madurez.
Cosas que tu hijo/a no te dirá, pero sentirá
En síntesis, lo que sembréis como expareja, florecerá en vuestro hijo.
No hace falta que os llevéis perfecto.
Hace falta que os respetéis como figuras fundamentales para la vida de vuestro hijo.
Habrá días en los que cueste. Otros en los que parezca imposible.
Pero cada vez que lográis hablar con respeto, tomar una decisión conjunta o simplemente no poner al niño en el medio, estáis construyendo un entorno más seguro y amoroso para él.
En Inspira Psicología, acompañamos procesos de separación, mediación familiar y crianza compartida. Si sientes que necesitas apoyo para transitar esta etapa y construir una nueva forma de relación con tu expareja, estamos aquí para ayudarte. Contacta con nosotros.
Mireia Valera
Dirección
Psicología General Sanitaria
Esp. Psicopatología Clínica y Terapia Contextual
Num. Col. 22209




