Soy capaz, tengo recursos y un potencial maravilloso.
PUEDO.
Estoy motivada/o, me marco direcciones, me enfoco hacia ellas.
QUIERO.
Mi experiencia me guía, mis aprendizajes y conocimientos me respaldan.
SÉ.
Eres capaz. Si además quieres y sabes, no hay nada más que pensar.
Como yo quiero
Si soy como quiero ser y a ti no te gusta cómo soy, ¿qué te hace pensar que el problema lo tengo yo?
Ser como eres es valioso, atrae a aquellos/as que son afines y repele a quienes no son compatibles.
Deja que ocurra; deja que quienes estén a tu lado aporten a tu vida todo el aprecio que mereces.
Ponte en valor
Eres perfecta/o e imperfecta/o, todo a la vez, y en tu imperfección perfecta hay un valor genuino de autenticidad.
Ser quien eres es valioso y único.
No lo malgastes. Explórate.
Y deja de juzgarte;
Los juicios de valor no dejan de ser interpretaciones parciales de la realidad que sólo de forma excepcional coinciden con ella o la describen fielmente.
Busca la forma
Nadie es tan capaz como tú, cuando confías en ti.
– ¿Y qué hago para confiar en mí?
– Busca en ti aquello que te mina, que te hace dudar.
– ¿Cómo qué?
– La forma en que te hablas, el tipo de cosas que te dices.
Qué haces cuando te equivocas o cuando algo no sale bien.
– Y cuando lo encuentre… ¿qué hago?
– Entiéndelo. Analiza de dónde viene y por qué está ahí. No te enfoques en evitarlo. Evitar normalmente sólo lo acentúa. Cuando ocurra (que ocurrirá), intenta interceptarlo. Y después busca una nueva forma de hacerlo. Una forma que te reconforte, que te genere seguridad. Que te cuide. Que te defina.
Y repite este proceso cuantas veces haga falta, hasta que lo interiorices y lo hagas automático.
– Buff, eso es muy complicado.
– Como todo lo importante. Pero con ayuda, lo es un poco menos 🙂
Mireia Valera
Dirección
Psicología General Sanitaria
Esp. Psicopatología Clínica y Terapia Contextual
Num. Col. 22209