Nutrición y psicología

5 razones por las que la psicología puede ayudarte a alcanzar tus objetivos dietéticos

La relación entre los alimentos que ingerimos y nuestras emociones es clara y mutua. Nuestro estado de ánimo se traslada a la mesa, y por ello, proponerse cumplir una dieta saludable, puede no sólo implicar reducir o incrementar la ingesta de algunos alimentos; a menudo también es necesario identificar y reestructurar aquellos patrones cognitivos-emocionales y hábitos conductuales que interfieren en el proceso y que pueden estar dificultando el progreso.

La psicología, pues, es una disciplina muy valiosa que, de forma complementaria, nos puede ayudar a alcanzar los objetivos dietéticos que nos proponemos de una forma más eficiente. A continuación describimos algunos de los beneficios que nos puede aportar en este sentido:

1. Mejora la motivación y adherencia a la dieta

En todo proceso que se inicia, las posibilidades de éxito se encuentran muy condicionadas por el nivel de motivación que tengamos y la constancia en los cambios que nos proponemos. Solemos empezar con muchas ganas y energía, que poco a poco se van reduciendo y dando paso a la posibilidad de tirar la toalla. Es en este punto donde debemos intervenir lo antes posible. Analizar los motivos que nos han llevado hasta aquí, repasar los objetivos que queremos conseguir, los éxitos ya alcanzadas y nuestras fortalezas nos ayudará a recuperar la confianza y seguir adelante. Será igualmente importante identificar todo aquello que nos entorpece el camino para ser conscientes y llevar a cabo las medidas necesarias.

2. Aporta herramientas valiosas

Cambiar los hábitos que tenemos bien arraigados conlleva mucho esfuerzo y constancia, en un proceso lento y pesado. Y aunque la fuerza de voluntad y la dedicación serán nuestros mayores aliados en todo momento, existen una serie de estrategias muy útiles que pueden facilitar en gran medida este proceso. Cambiar la disposición de los alimentos en la cocina, anticipar situaciones complejas y buscar alternativas de comportamiento, iniciar hábitos conductuales diferentes, introducir nuevos pensamientos más funcionales o acostumbrarnos a darnos instrucciones en momentos delicados son algunas de ellas.

3. Detecta los procesos de ansiedad y estrés que interfieren

Como hemos visto, nuestro estado de ánimo influye intensamente en nuestros patrones alimentarios. A veces, nos podemos encontrar en procesos de inestabilidad emocional, tener dificultades familiares o económicas, o sentirnos presionados en el trabajo o en nuestro día a día. El psicólogo nos ayudará a analizar las diferentes situaciones que nos pueden estar generando dificultades y sufrimiento, así como buscar soluciones funcionales que nos aporten una mayor calidad de vida.

4. Promueve la conciencia y gratificación a la alimentación

Las prisas del día a día nos distraen del gran placer que la comida puede suponer. Ser conscientes de lo que comemos, de cómo lo comemos, lo que sentimos cuando lo hacemos, y disfrutar del proceso con intensidad, nos ayudará a regular y mejorar nuestro día a día. El psicólogo nos puede ayudar a vivir nuestra alimentación como uno de los ámbitos gratificantes, de calma y conexión con el cuerpo, así como cambiar algunas concepciones desajustadas que hemos podido desarrollar a lo largo del tiempo.

5. Identifica la Alimentación Emocional

A menudo utilizamos la alimentación para compensar nuestras carencias emocionales, hasta el punto de que nuestra dieta puede depender principalmente de cómo nos sentimos en un momento dado. Es cierto que determinados alimentos pueden aliviar momentáneamente, pero el coste que ello conlleva a largo plazo puede ser demasiado alto. El psicólogo puede ayudarnos a diferenciar el hambre física del hambre emocional, anticipar las situaciones que la generan y poner medios para reconducirla de una forma saludable.

Por otra parte, es cierto que la ingesta de algunos alimentos puede llegar a modular nuestros estados emocionales, aunque estos alimentos, las cantidades y los momentos adecuados de ingesta no siempre corresponden a los que nos apetecen cuando nos sentimos mal. De ahí la vital importancia de ponerse en manos de profesionales cualificados que nos orienten y analicen las opciones alimentarias más adecuadas de acuerdo con nuestras características.

Inspira aúna las disciplinas de la Nutrición y la Psicología en una unidad especializada que coordina las actuaciones de sus distintos profesionales. Ello nos permite obtener una mayor efectividad, con resultados más rápidos y duraderos. Si te interesa este tema, contacta con nosotros. Estaremos encantad@s de ayudarte.

Mireia Valera
Dirección
Psicología General Sanitaria
Esp. Psicopatología Clínica y Terapia Contextual
Num. Col. 22209