Trastorno del espectro autista (TEA)
Si cada persona ve el mundo de una forma diferente, las personas dentro del espectro autista presentan una visión única de lo que les rodea. A esto se suma el conjunto de condiciones del neurodesarrollo que afectan a la comunicación, la interacción social y la flexibilidad del comportamiento entre otros.
Qué es el espectro autista
El Trastorno del Espectro Autista no es una enfermedad, sino una forma distinta de procesar la información, comunicarse y relacionarse con el entorno. Por ello, el papel del profesional no consiste en “corregir” el comportamiento, sino en comprender cómo funciona cada persona y ayudarla a desarrollar su máximo potencial en un entorno que se adapte a sus características.
Los psicólogos especialistas en autismo realizan una valoración exhaustiva que permite conocer el nivel de desarrollo, las áreas de fortaleza y las que requieren apoyo. Este proceso puede incluir coordinación con otros profesionales —como logopedas, neuropsicólogos o terapeutas ocupacionales— para garantizar una intervención integral.
El trabajo terapéutico se centra en potenciar la comunicación, la autonomía, las habilidades sociales y la autorregulación emocional, promoviendo un crecimiento respetuoso y positivo tanto para la persona con TEA como para su entorno familiar.
Actualmente, la distinción entre diferentes tipos de autismo se ha unificado en un solo diagnóstico principal. Lo que se conocían popularmente como síndrome Asperger o Kanner se clasifica en niveles dentro del TEA, siendo el primero nivel 1, y el segundo como nivel 2 o 3 dependiendo del caso.
Tratamiento enfocado al TEA
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