La tiranía de las redes sociales

El origen de las redes sociales

Si bien es cierto que en un inicio las redes sociales (RRSS) se crearon con fines de mejorar la comunicación y ayudarnos a estar más conectados con los demás, en la actualidad están generando precisamente muchísimos problemas de ese tipo, cuanto más nos conectamos a las RRSS, peor nos sentimos con lo demás y con nosotros mismos.

A raíz del importante auge en la popularidad y uso de las pantallas y RRSS, se han ido creando nuevos términos relacionados con su uso como el FOMO, el scroll infinito, la infoxicación o el doomscrolling, entre otros.

FOMO

El FOMO, acrónimo de “fear of missing out”, que traducido del inglés significa “miedo a perderse algo” es ese malestar que notamos cuando sentimos que nos estamos perdiendo algo que podría ser importante o satisfactorio, o que podría mejorar nuestra vida. Puede ser en cualquier contexto, es una tendencia a mantenerse actualizado y a la última, por ejemplo, tener el último modelo de IPhone, haber visto la serie que todo el mundo ve, y especialmente no perderse lo que pasa en las RRSS.

La tiranía de las redes sociales

Scroll infinito

El scroll infinito es la funcionalidad de las RRSS que nos permite ir deslizando la pantalla hacia abajo y que vaya apareciendo un contenido sin fin, normalmente seleccionado mediante un algoritmo que aprende nuestros gustos y preferencias.

Doomscrolling

Este término se utiliza para definir el hecho de dedicar una cantidad excesiva de tiempo a ver noticias negativas a través de pantallas o RRSS, con el impacto que tiene para nuestro bienestar emocional.

Necesidades que cubrimos a través de las RRSS

Los seres humanos tenemos necesidades básicas de relación y pertenencia que nos empujan a relacionarnos con otras personas, somos seres sociales y ello nos ha permitido sobrevivir a lo largo de la historia.

Las RRSS explotan estas necesidades con el fin de conseguir que las consumamos e invirtamos nuestro tiempo en ellas, con tal de que puedan continuar siendo un negocio millonario, sin importar las consecuencias para la salud de las personas que las utilizamos. Existe un documental muy ilustrativo en Netflix llamado “El dilema de las redes sociales” que muestra cómo estas han sido diseñadas por especialistas para que estemos conectados el máximo tiempo posible. De hecho, el creador del scroll infinito en 2006, Aza Raskin, confesó en 2018 que se arrepentía de haber creado esa funcionalidad, a la que se refería como “cocaína conductual”.

¿Por qué estamos tan enganchados a las pantallas y las redes sociales?

Como he comentado, por un lado, cubren unas necesidades básicas que nos hacen sentir conectados y al hacerlo, nuestro sistema de recompensa se activa, sentimos satisfacción a corto plazo, y eso hace que queramos repetirlo, es un mecanismo de supervivencia que nos ha permitido repetir las experiencias que aumentan nuestra probabilidad de sobrevivir y tener éxito en la vida, por ejemplo, comer, relacionarnos con los demás, mantener relaciones sexuales, etc. Sin embargo, este mecanismo también puede funcionar en exceso en situaciones que dañan a nuestro organismo como por ejemplo, las drogas u otras adicciones conductuales.

Cada vez hay más estudios que demuestran los efectos negativos del abuso de pantallas y las RRSS para la salud mental y el cerebro, ya que también se producen cambios a nivel neuronal. Se relaciona el uso prolongado de las RRSS y las pantallas con mayores índices de depresión, ansiedad, menor calidad de sueño, una disminución de la autoestima, insatisfacción, sentimientos de soledad, etc.

La trampa de lo que vemos en las redes sociales

Como decía, algo que contribuye notablemente al malestar que sentimos al conectarnos a las RRSS, es ver a los demás disfrutando al máximo, algo que puede generar una sensación de tristeza y preocupación por estarnos perdiendo esas experiencias. Sin embargo, solo estamos viendo una pequeña fracción de lo que quieren mostrarnos los demás, que filtran el contenido de forma consciente o inconsciente, publicando aquello que los hace parecer más deseables. Por ejemplo, con filtros de belleza en las fotos, escogiendo los mejores momentos del día, semana, mes o año, etc.

La tiranía de las redes sociales

¿Cómo vencer esta tiranía?

Curiosamente existe otro acrónimo, el JOMO “joy of missing out”, que significa “el placer de perderse las cosas”. La idea es reducir el uso de pantallas y RRSS e invertir ese tiempo en hacer cosas que realmente nos llenen. A continuación, dejo algunos consejos que nos pueden ayudar a tener una mejor relación con estas.

1. Desconectar

Desconectar de las pantallas y las redes sociales. No implica dejarlas de utilizar, pero si reducir su uso, poner límites, y tomar conciencia del impacto que suponen. Recordando que, si las utilizamos para reducir algún malestar, como puede ser el aburrimiento, la tristeza o la soledad, lo más probable es que acabemos sintiéndonos peor.

2. Vivir el aquí y el ahora

Escuchar nuestras necesidades y permitirnos sentir emociones desagradables sin intentar evitarlas, priorizarnos y aprender a decir que no, son aspectos clave que permiten afrontar el malestar de una forma más eficaz y saludable.

3. Trabajar la gratitud

Centrarnos en valorar lo que tenemos y no lo que nos falta puede ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos. Algo muy útil para fomentar esto, es utilizar un diario de gratitud, algo muy simple y sencillo de utilizar con un efecto muy potente que nos ayudará a mejorar nuestro estado de ánimo y a valorar muchos aspectos de nuestra vida diaria que probablemente estábamos pasando por alto.

4. Fomentar las relaciones cara a cara

Las RRSS cubren necesidades reales, que también podemos cubrir con un contacto real con los demás. Por ejemplo realizando actividades sociales que nos gusten con amigos, familiares, etc.

5. Uso activo de las redes

Mientras que al realizar scroll infinito tenemos una posición pasiva, podemos adoptar una actitud activa con el fin de aprovecharnos de los beneficios que proporcionan el uso responsable de las redes. Esta actitud consiste en comentar publicaciones de amigos, crear contenido, etc. Si hacemos un uso responsable y más activo de las redes es más probable que podamos disfrutar de sus beneficios y que nos genere un bienestar emocional.

6. Pedir ayuda profesional

Si sentimos que estamos atrapados y no podemos salir por nosotros mismos del uso abusivo de las redes, es recomendable buscar el apoyo de un profesional para que nos ayude a gestionar la situación y nos de herramientas para afrontarla.

En resumen, solemos compararnos normalmente con lo mejor que nos muestran los demás, utilizamos más las RRSS cuando sentimos emociones desagradables, fomentando como hemos visto, que estas aumenten, siendo un pez que se muerde la cola: cuanto más solo y triste me siento, más consumo Instagram, y cuanto más consumo Instagram, más solo y triste me siento.

Por eso, es especialmente peligroso utilizar las pantallas y las RRSS para aliviar un malestar, porque si bien es cierto que lo aliviará de forma breve y temporal, luego, ese malestar inicial no solamente volverá a aparecer, sino que aumentará.

Mireia Valera
Dirección
Psicología General Sanitaria
Esp. Psicopatología Clínica y Terapia Contextual
Num. Col. 22209