¿Por qué no puedo dejar de pensar en aquello que me daña?

Seguramente os imaginaréis que hay muchos y muy diversos tipos de pensamientos. De hecho, este es un tema ampliamente estudiado por la rama más cognitiva de la psicología.

Resumiendo mucho –muchísimo- y dándole un aire sencillo y práctico a este tema tan exhaustivamente desarrollado a lo largo del tiempo, desde las terapias más contextuales nos gusta diferenciar entre pensamientos automáticos y pensamientos conscientes.

Los primeros son, desafortunadamente, los que ocupan más espacio en nuestras mentes. Se trata de aquellos que aparecen intrusivamente, sin que los hayamos generado voluntariamente. Además, suelen ser repetitivos, siempre con los mismos temas, y nos muestran el lado más catastrófico de las situaciones que nos toca vivir.

¿Por qué no puedo dejar de pensar en aquello que me daña?

¿Te suenan? Exacto, tooodos esos pensamientos tan desagradables a los que les dedicamos tanto tiempo y nos aportan tantísimo malestar. No cesan, nos traen confusión y a veces nos incitan a tomar decisiones poco maduradas y demasiado impulsivas, que más tarde lamentamos.

Pero, ¿qué podemos hacer con ellos? Lejos de lo que pueda parecer, obcecarnos en controlarlos no es una buena opción. Nos volcaremos en cuerpo y alma a controlar algo que en esencia es incontrolable, y nos sentiremos agotados, incapaces y muy frustrados.

¿Te suena esto también?

En lugar de enfocarnos en el control de nuestros pensamientos, nos ayudará enfocarnos en el control de nuestra atención. Dejar que fluya nuestra mente a borbotones si es preciso, mientras dedicamos nuestra plena atención a filtrarla a poquitos, darles un sentido desde la serenidad, desde la distancia, desde la calma. Entender de dónde surgen y qué pretenden, antes de decidir si eliges hacerles caso o tomar un camino paralelo que te acerque más a tus valores e intereses genuinos. Y sobre todo, generar espacios adecuados que te permitan crear nuevos pensamientos de un modo consciente, realista y objetivo, que reflejen con mayor exactitud quién eres, qué quieres y cómo quieres conseguirlo.

El control cognitivo genera descontrol cognitivo.

Así que deja que fluya y enfócate 💪😉

Mireia Valera
Dirección
Psicología General Sanitaria
Esp. Psicopatología Clínica y Terapia Contextual
Num. Col. 22209