¿Qué es la gestión emocional?
Seguro que muchas veces has oído hablar sobre la importancia de gestionar tus emociones. Pero, ¿sabes realmente qué es la gestión emocional?
La gestión emocional es la capacidad de identificar, comprender y regular nuestras propias emociones de manera efectiva. No se trata de reprimirlas o ignorarlas, sino de aprender a manejarlas para afrontar el día a día con éxito.
Y… ¿Por qué es importante aprender a gestionar las emociones?
Pues porque nuestras emociones influyen en nuestras decisiones, relaciones y bienestar general. Una buena gestión emocional nos ayuda a enfrentar los desafíos diarios, mejorar nuestras relaciones personales y mantener una buena salud mental. Cuando aprendemos a gestionar nuestras emociones, empezamos a vivir una vida más plena y satisfactoria.
Estrategias para aprender a gestionar las emociones
1. Identificar la emoción y en qué situaciones aparece
El primer paso para gestionar tus emociones es identificarlas claramente. Esto implica ser consciente de lo que sientes en un momento dado y reconocer la emoción específica que estás experimentando, ya sea tristeza, alegría, miedo, rabia, entre otras. Pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo ahora? ¿Por qué me siento así?
Una vez identificada la emoción, también es importante reconocer las situaciones que la desencadenan. Puede ser útil apuntarlo en un diario donde anotes las situaciones que provocaron la emoción y cómo reaccionaste. Por ejemplo, puedes descubrir que sientes ansiedad antes de una presentación en el trabajo, o tristeza después de discutir con un amigo. Identificar patrones te ayudará a anticipar y manejar mejor tus reacciones en el futuro.
2. Explorar su función
Cada emoción tiene una función y nos proporciona información sobre nuestras necesidades y deseos. Entender para qué sirven nos permite comprender por qué nos sentimos de cierta forma y cómo podemos satisfacer nuestras necesidades.
Por ejemplo, el miedo nos puede indicar que necesitamos seguridad y protección, mientras que la tristeza puede señalar una pérdida que necesitamos procesar. La ira, por otro lado, puede ser una señal de que nuestros límites han sido cruzados. Al entender la función de las emociones, podemos aprender a responder a ellas, en lugar de simplemente reaccionar.
3. Permitirnos sentir la emoción
Evitar o ignorar nuestras emociones puede llevar a una acumulación de tensión y estrés, y eventualmente a problemas psicológicos. Permítete experimentar tus emociones, sin juzgarte a ti mismo por sentirte de cierta manera.
¿Y cómo podemos hacerlo? Tomándonos un tiempo para nosotros mismos y observando cómo nos sentimos, practicar técnicas de respiración, o simplemente aceptar la emoción tal como es. Reconoce que todas las emociones, tanto agradables como desagradables, son una parte natural de la vida.
Sentirlas plenamente nos permite procesarlas y liberarlas, en lugar de quedarnos atrapados en ellas.
4. Actuar en consecuencia
Ahora que nos conocemos un poco más, es hora de actuar en base a todo lo aprendido. Esto significa tomar decisiones teniendo en cuenta que emociones vamos a sentir. Siguiendo con los ejemplos anteriores, si sentimos ansiedad antes de una presentación, algo que nos va a servir va a ser prepararnos con más profundidad, practicar técnicas de relajación… O si sentimos rabia porque alguien ha cruzado nuestros límites, podemos tener una conversación constructiva donde expresemos nuestras necesidades.
Recuerda que actuar en consecuencia implica ser proactivo y responsable de nuestro bienestar emocional.
Ahora que sabemos todo esto, ya sabemos por dónde empezar. Recuerda que se trata de un proceso largo y consciente; las personas estamos en constante cambio y es normal enfrentarse a dificultades en el camino.
Si en algún momento te sientes abrumado, no dudes en acudir a un profesional. Ellos pueden ofrecerte herramientas y apoyo adicional para ayudarte a manejar tus emociones de una mejor forma. ¡Ánimo, que estás en el camino correcto!
Aida Mas Papió
Psicología General Sanitaria
Esp. Terapia Sistémica Breve
Núm. Col. P1624